Queridos Lectores,
Pronto, me voy a marchar. Si, desaparecer de este planeta. Y me vino una idea, la de juntar múltiples pensamientos, citaciones, almacenados a lo largo de mi existencia, y de legarles, con la esperanza de que para ustedes sean también, fuente de reflexión, de meditación y, porque no, de riza y de llanto.
Queridos lectores, queridos Obaldianos, les corresponde a ustedes, según su afinidad, su humor, de apropiarse una perla rara.
Ahora me despido de ustedes sin omitir de gratificarles con un proverbio bantú: “Mi amigo no se ha muerto puesto que todavía yo sigo viviendo.”